ENTREVISTA CON VIKTOR BENGTSSON, ESTUDIANTE DE PRÁCTICAS EN ESBE
2020-10-05
Conozca a Viktor Bengtsson – y su proyecto de fin de grado en ESBE
En LTH, la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Lund, este joven de Småland se centra en algo completamente diferente, concretamente en su educación en ingeniería con un enfoque en la tecnología electrónica de potencia con automatización. De hecho, en su trabajo en ESBE se ocupó especialmente de la automatización. Le hemos hecho a Viktor algunas preguntas para ver cómo vivió su relación laboral con ESBE.
Viktor se dio cuenta por primera vez de ESBE hace mucho tiempo, cuando llevaba trabajando en la empresa casi un año, nada más acabar el bachillerato. Así que se encuentra en un viejo "nuevo lugar de trabajo".
¿Por eso quería realizar su proyecto de fin de grado en ESBE?
No exactamente, aunque por supuesto mi experiencia anterior también influyó. ESBE me gusta muchísimo. A través de una empresa de selección de personal, vi que estaban buscando un técnico de producción especializado en automatización. Esto me llevó a visitar la web de ESBE y presentar una solicitud espontánea para realizar mi proyecto de fin de grado con ellos.
Suena genial; ¡obviamente le fue bien! ¿Cómo vivió su trabajo?
Creo que todo salió bastante bien. Básicamente se me ha dado la confianza de dirigir mi trabajo con mucha libertad y sin restricciones cuando se trata del proyecto. Mi trabajo trata sobre la automatización de la producción de la válvula SLB, Superflow.
Para describirlo más detalladamente, ESBE quiere encontrar una solución de automatización que aumente la capacidad y, al mismo tiempo, sirva de prueba futura si se añaden nuevas variantes del tipo de válvula. Mi tarea es crear, en la medida de mis posibilidades, un proceso de producción automatizado y eficiente para fabricar las válvulas Superflow.
ESBE es un líder del mercado, ¿de qué manera cree que se muestra?
Se refleja principalmente en los constantes esfuerzos para mejorar tanto sus productos como los proyectos previstos para mejorar el proceso de fabricación.
Y para concluir por ahora. ¿Cómo cree que será el mundo en 10 años?
¿En 10 años? Sí, es una pregunta difícil. No es algo en lo que piense a día de hoy, ni tampoco intento predecirlo, pero me impresiona lo rápido que se está desarrollando todo y cómo han progresado las cosas en los últimos años. Si pensamos en el "superordenador" utilizado en 1969 para enviar el Apolo 11 a la luna, tiene una potencia de procesamiento 100.000 veces menor que la del smartphone que llevo en mi bolsillo todos los días.