PREMIOS QUE IMPULSAN A ESBE

Nos sentamos con Peter Cerny para hablar de lo que significan estos premios para ESBE, de cómo la cultura de la empresa alimenta el éxito y de por qué el desarrollo no debe detenerse nunca.

Más que un premio. Un viaje de mejora continua

Ser la empresa mejor gestionada significa que ESBE se ha sometido a una revisión exhaustiva cada vez que la empresa ha recibido el reconocimiento. Junto con un equipo de Deloitte, ESBE lleva a cabo un análisis en profundidad en el que se identifican los puntos fuertes y las áreas susceptibles de mejora.
El trabajo da lugar a una evaluación detallada centrada en cuatro áreas clave: Estrategia, capacidad e innovación, cultura de empresa y compromiso, y gobernanza y resultados financieros.
El premio BMC destaca a la empresa en su conjunto y proporciona valiosos conocimientos que ayudan a la empresa a seguir desarrollándose. Las empresas que, como ESBE, se clasifican año tras año pasan a formar parte de una familia mundial de empresas de éxito que comparten la misma ambición de seguir mejorando.
«Los galardones son, por supuesto, muy divertidos y un verdadero honor, pero no son el objetivo en sí mismos. Son la prueba de que estamos haciendo las cosas bien y una forma de empujarnos a mejorar aún más», afirma Peter Cerny, consejero delegado.
Para Peter, se trata de poner en práctica la estrategia, mantener la dirección correcta a lo largo del tiempo y asegurarse de que toda la empresa trabaja por los mismos objetivos, paso a paso.
Describe el liderazgo como la creación de las condiciones adecuadas para que las personas crezcan.
«Considero que mi papel consiste en abonar el terreno y garantizar que todos tengan las condiciones adecuadas para desarrollarse. Cuando crecemos juntos, ahí reside nuestra fuerza», explica.

Una cultura que sostiene el éxito
Detrás de estos premios se esconde una sólida cultura empresarial basada en el orgullo, el compromiso y la responsabilidad. Cada logro es el resultado de personas que se preocupan profundamente por lo que hacen y por los demás. En ESBE, los empleados comparten un auténtico sentimiento de pertenencia y se enorgullecen de contribuir a algo más grande que ellos mismos.
Cuando la empresa obtiene buenos resultados, el éxito se deja sentir en toda la organización: en la colaboración diaria, las ambiciones compartidas y la satisfacción de ver que el trabajo duro da sus frutos.
Peter señala que el éxito se celebra a menudo y con alegría. Unas veces con tarta, otras mediante financiación extra para actividades o iniciativas sanitarias. En la sede de Reftele, los empleados tienen acceso a un gimnasio, bicicletas estáticas y un entrenador personal. En 2025, unos cuarenta empleados han participado en carreras locales como la Göteborgsvarvet y la Blodomloppet.
 

El hecho de que la gente elija pasar tiempo junta fuera de las horas de trabajo es una clara señal del fuerte sentido de unión de la empresa.

Una empresa con responsabilidad y optimismo

Para Peter, la responsabilidad es algo más que dirigir una empresa. Se trata de cuidar el conjunto: las personas, la organización y la comunidad.
ESBE siempre ha tenido profundas raíces locales en Reftele, donde se fundó la empresa en 1906 y donde sigue teniendo su sede.
«Queremos ser un ejemplo positivo. Los propietarios de ESBE piensan a largo plazo y quieren que la próxima generación tenga la oportunidad de tomar el relevo. Por eso también contribuimos a hacer de Reftele un lugar atractivo para vivir y trabajar», afirma Peter.
Al mismo tiempo, ESBE sigue mirando al futuro. El objetivo de alcanzar los mil millones de SEK de facturación está a la vista, y la expansión europea de la empresa prosigue con equipos contratados localmente. Recientemente se ha creado una filial en Inglaterra, que se suma a las ya existentes en Alemania, Francia, Italia y Polonia. Estados Unidos es otro mercado que se está estudiando detenidamente

Un ciclo continuo de crecimiento

Para ESBE, la mejora es un proceso constante. Peter compara la empresa con un jardín que requiere cuidados: poda, eliminación de las malas hierbas y abono para que siga floreciendo.
«Nunca debemos caer en la autocomplacencia. Nuestro objetivo es evolucionar y ser un poco mejores de lo que éramos ayer, cada día», afirma.
Y tal vez ese sea el verdadero secreto del éxito a largo plazo de ESBE: no descansar tras la victoria, sino encontrar la alegría en el camino continuo del crecimiento.